Dos joyas se esconden en lo más profundo de los Balcanes. Ocultas entre montañas y frondosos bosques, encontramos dos ríos mágicos, que parecen haber sido creados por el más imaginativo novelista.
Aguas puras y cristalinas, fondos de arena y plantas subacuáticas de un verdor intenso, componen la mejor pintura jamás vista y construyen un ecosistema mágico para las abundantes truchas comunes y tímalos y, por su puesto, una gran variedad de de insectos y eclosiones. Sí, os presentamos al Ribnik y al Pliva, las joyas de Bosnia.
Ambos ríos discurren próximos, pero aunque a simple vista pueden parecer similares y la población de peces es increíble en ambos casos, la pesca es completamente distinta, debido a las diferencias en comportamiento que se pueden observar entre sus moradores.
El Ribnik es un paraíso para aquellos que disfruten de la pesca a pez visto, con mosca seca y diminutas ninfas. Las truchas y los tímalos de este río tienen tendencia a estar activos durante todo el día, eligiendo quisquillosamente el menú de ese día. Sin embargo, son realmente selectivos y demandantes con la presentación. Como siempre, seguir los buenos consejos de nuestro guía, Zeljko Prpic, es la clave: pesca aguas abajo con bajos de línea larguísimos, será la clave si queremos tener éxito.
Por otro lado, el Pliva, es posiblemente uno de los ríos más bonitos que he visto jamás en mis viajes a lo largo de todo el mundo, pero también, es uno de los ríos más difíciles que he pescado. Es la combinación ideal si eres un adicto a la pesca a pez visto con ninfa y no te obsesionan los números, solo el cómo y el placer de ese sentimiento de plenitud cuando por fin consigues hacerte con uno de sus tímalos.
La primera vez que echas un vistazo a este increíble curso de agua, llegas a pensar que los peces están suspendidos en el aire. Sus aguas son cristalinas como ningunas otras y puedes saciar tu sed con ellas en cualquier momento durante la jornada de pesca. Sin embargo, ser capaz de estimar las distancias y profundidades en un escenario así resulta tremendamente complicado.
Además, tienes que ser un pistolero veloz. Ser capaz de detectar a tiempo la picada es fundamental en un río en el que los peces son capaces de tragar y escupir en una milésima de segundo. Más aún si estás pescando en largo.
La pesca siempre es más que coger peces y Bosnia, sus gentes, cultura y paisajes nos dejan un sabor de boca que tardará en disiparse. Los recuerdos son para siempre.
Si quieres disfrutar de esta experiencia en primera persona, contacta con Aitor Coterón y su Bistro! Fly Fishing School y te informarán de todos los detalles al respecto.
VIDEO: https://vimeo.com/323060255